Exposición
Posee esa inconfundible idiosincrasia que convierte a los grandes aceites de la variedad royal de la Sierra de Cazorla, en zumos únicos y exclusivos.
Así atesora un aroma delicado, limpio, franco y equilibrado, a hoja de olivo, a aceituna madura, algo amargo, un tanto cálido...complejo y emocionante; distinto. En boca refrenda la finura, con una entrada frutosa y dulce tras la que muestra un prudente y constante amargor que le da vida y esplendor, muy enriquecedor, para terminar sacando un atemperado picante, que calienta la boca y la mantiene entonada sin rebasar los límites asumibles por la gran mayoría. En definitiva, entidad sedosa, sedosa entidad con evidente carácter.